30 de agosto de 2004

Los JJ OO y mi reconciliación (parcial) con la televisión pública

Tras un pequeño descanso estival, en que he reducido de forma absoluta mi lectura de prensa digital, me permito ejercer de crítica televisiva. Primero, para presagiar que la audiencia de Televisión Española durante agosto debe haber aumentado respecto a las cadenas de la competencia. Cuando las cadenas privadas continúan con sus programas de cotilleos a todas horas, sus repeticiones de series y su anunciada nueva temporada de Gran Hermano (¿no ha habido suficiente con las cinco o seis anteriores?), la emisora pública ha eliminado tostones del tipo "Noche de fiesta" o shows de Lina Morgan para apostar por series de calidad. Estas semanas de vacaciones me he percatado de que hacía tiempo que no veía TVE1. ¿Cómo es posible que un gobierno haya podido hundir de tal forma una televisión pública (y no me refiero económicamente, sino a haber perdido totalmente una franja de audiencia)? Confío que con el nuevo talante del gobierno ZP pueda volver a tener una alternativa a la televisión privada en esta televisión pública renacida. Y no hablo aquí de los telediarios que, en mi opinión, continúan pecando de demasiado progubernamentales, aunque en este caso no del gobierno del PP sino del PSOE.

El segundo motivo por el que TVE aumentará claramente su audiencia durante este agosto ha sido la retransmisión de los Juegos Olímpicos, un valor seguro. Sirva esta bitácora para pedir a los responsables de deportes, de los informativos y de programación en general que otorguen algo más de interés al deporte en general. Es una lástima que conozcamos todas y cada una de las lesiones de un grupo de millonarios que corren en calconcillos tras un balón, como definió a los futbolistas Jose Luis de Villalonga (si la memoria no me falla) y haya medallistas olímpicos a los que de no ser por el oasis de los Juegos Olímpicos ni sabríamos de su existencia. ¡Menos futbol y más deporte, ya!

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