18 de febrero de 2004

Con noticias de Dios

Gracias a Internet, hoy podemos estar un poco más cerca de las Altas Instancias (no hablo de Aznar ni de Bush, sino de mucho más Arriba). En la Malla.net, Jaume Pla nos ha hecho esbozar una sonrisa, una vez más, informando de un curioso servicio puesto en marcha por la empresa de telecomunicaciones Bezeq. Según la tradición judía, para comunicarse con Dios hay que dirigirse a Jerusalén y depositar nuestro mensaje entre las piedras del Muro de las Lamentaciones. Ahora, la compañía israelí permite a los fieles hacerle llegar por e-mail sus peticiones, que serán depositadas en el sagrado lugar que dispone de línea directa con el cielo. La misma noticia, en castellano, la publica CNN aquí.
No estaría mal que la Iglesia católica tuviera algún espacio similar. Así podrían preguntar si la revolución sexual es la causa del aumento de los malos tratos a mujeres, si las lesbianas tienen derecho a adoptar niños, o si los obispos deben apoyar a un sacerdote condenado por abusos a menores, pese a la posterior rectificación.
Pero como no todo el monte es orégano, destaco las palabras del teólogo Josep Maria Rovira, en una entrevista concedida a El Periódico de Catalunya:
    "¿la mujer no tenía que hacer una especie de revolución para ponerse en igualdad y libertad delante del hombre?" (...) "Entonces, quizá, los maltratos familiares tengan que ver con la resistencia del machismo a admitir este otro hecho histórico de la liberación de la mujer que, curiosamente, la encíclica Pacem in Terris pone como uno de los signos de los tiempos".
    "Hay que dejar de decir con tanto énfasis aborto, matrimonio, familia, que parece un resonador del PP y decir en cambio que los brasileños coman tres veces al día y que España no se divida en dos categorías: los aplastados y los superpoderosos."

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