En el colmo de la absurdidad, el gobierno de Bush exigirá que
agentes armados estén presentes en los vuelos que se dirijan a Estados Unidos. Perfecto, así los terroristas de los que quieren protegerse no tendrán que pasar por radares ni controles. Un policía ya llevará las armas con las que una simple bala perdida puede despresurizar y tirar abajo un avión.
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