23 de septiembre de 2006

Los peritos que vieron CSI

Las teorías de la conspiración siempre han tenido sus adeptos. Pero de aquí a que pasen a ser portada de diarios y de debate político... El Mundo publicaba este jueves: "Interior falsificó un informe que planteaba vínculos entre ETA y el 11-M antes de enviárselo a Del Olmo". Falsificar. Falsear o adulterar algo, según lo define la Real Academia. Una grave acusación. Pero tras el impactante titular se esconde una realidad bastante menos ídem: el supuesto vínculo entre ambos es que tanto en el domicilio de uno de los responsables del 11-M como en un piso de ETA en Salamanca se localizó ácido bórico. Ni nitroglicerina, ni explosivos... simplemente ácido bórico. Una sustancia química con propiedades antisépticas, antimicóticas y antivirales leves, que puede comprarse en cualquier droguería. No extraña, pues, que las especulaciones que esta coincidencia motivara no aparecieran en un informe oficial.

Cada vez más precoces

Si es que, tienen razón los que alertan de adónde vamos a parar. El pasado 18 de agosto leía en Canarias7 (p. 54), referido a un suceso ocurrido en Polonia: "Desmantelan una banda infantil que, liderada por un niño de cuatro años, se dedicaba a robar". Como no dan más información que ésta, te lo crees o no.